El viaje de la Salvación – Viernes

«Siempre fui una persona que vivía en automático. Ciertas situaciones familiares que viví en mi infancia me convirtieron en una persona que guardaba sus sentimientos en una cajita y botaba la llave. Nunca me sentía triste, pero tampoco era feliz. Básicamente no vivía mis emociones. Eso generó que años después tuviese que empezar a analizar todos esos sucesos para poder sanar, con ayuda de psicólogos pude entenderlo y sanar un poco. Pero esto no era suficiente para dejar de vivir en automático, para no ser tan fría y que no se me dificultara tanto el demostrar amor.
Hasta que un día me presentaron la más grande muestra de amor que existe, Jesús. Desde que experimenté su gracia, su amor y su perdón pude sentir como mi corazón poco a poco se descongeló. Ha sido un proceso de tiempo y llanto, pero puedo decir que él siempre está conmigo, he sentido el dolor como nunca y lo lindo es ver que Jesús es la fortaleza que necesito para atravesar cada prueba.
Él cambió mi vida.»_

Por: Valentina Alvarado, 21 años
Cenfol La Flora – Cali