
Por: Diana Carolina Sánchez
Psicóloga
dianac.sanchezserrano@gmail.com
La cuarentena ha sido un gran cambio de rutina para todos. En otro momento de nuestras vidas, anhelábamos llegar a la casa a contarnos las aventuras del día, a reunirnos con aquellos que no veíamos en todo el día, hacíamos comidas prácticas y rápidas para no invertir tanto tiempo en la cocina y poder disfrutarnos.
Ahora, esta misma situación mundial nos obligó a estar todos juntos en un mismo lugar. Estamos padres, hijos, abuelos y hasta mascotas todos juntos las 24/7. Por ahora esta es nuestra realidad; pero todos juntos, en un mismo lugar, nos ha llevado a veces a nuestros límites.
Para los niños y jóvenes no es diferente, esta situación va mucho más allá de no poder salir a la calle. Como psicóloga, en estos días atiendo a unos pacientes pequeños, y uno de ellos me confesaba que “no quería que esto acabara”, porque por fin podía tener a sus papás en casa, y que no se lo había contado a nadie.
Hoy quiero invitarte a pensar que, si tienes niños en casa, ya sea uno o varios, tanto bebés como niños o jóvenes, también para ellos esto ha sido un cambio completo de rutina. Ya no ven a sus amigos, no salen a jugar ni pueden visitar a sus familiares… ¡pero ahora, como nunca antes en su vida, tienen la oportunidad de estar 24/7 en casa con sus PAPÁS! Aunque no lo puedas ver por el caos que esto ha generado, para ellos es un regalo gigante: tienen tiempo para verte, escucharte, comer, cocinar, aún en algún momento jugar juntos. Ni siquiera es relevante que hagas una súper agenda organizada y programada para que todo funcione bien. Tienes la oportunidad de impactar la vida de cada uno de tus hijos sin hacer grandes esfuerzos o una inversión mayor, sólo debes ser su papá o su mamá, ellos no necesitan más.
Date la oportunidad de que te vean en tu día a día, manejando vida laboral, inventando recetas, manteniendo contacto con familiares y amigos de manera virtual. Ellos aprenderán de ti, porque tú eres la persona más importante en sus vidas. Ellos no aprenderán QUÉ HACES, sino CÓMO LO HACES. Es necesario que estudien, pero que sepan también recoger sus juguetes, arreglar sus cuartos, ayudar a doblar ropa y poner la mesa. Te propongo algo: más que buscar de manera incansable que esto acabe para “volver todos a la normalidad”, te invito a que tomes cada día como la oportunidad de que tu casa sea el mejor lugar de aprendizaje y desarrollo sano para tus hijos. Esta nueva realidad no será mejor cuando termine, sino que es mejor porque estamos juntos.